¡Cuarentena…!, en el valle de los gatos (WH07)

Montañas centrales, un lugar peligroso y el escenario de la séptima partida

En los días de la Cuarentena

Durante la cuarentena del coronavirus de 2020 se prohibió el desplazamiento de las personas salvo causa justificada. De forma difícil de comprender, para las Autoridades una partida de rol no es una causa justificada, así que hubo que recurrir a la videoconferencia, idea que surgió a raíz de un tweet de Álex de la Iglesia.

Dado que las fichas de los personajes están en mi casa y los jugadores no pueden hacer modificaciones ni anotaciones en ellas, decidí que durante estas partidas la situación de los personajes no variaría como consecuencia de lo ocurrido en la partida; es decir:

  • Los tesoros y objetos que encontraran, no los conservarían en siguientes partidas.
  • Las heridas que sufrieran se limitarían a esta partida y, si morían, en la siguiente partida seguirían vivos.
  • En principio partirían de la situación de la Partida 6. (aunque me reservo la posibilidad de hacerles salir de donde me convenga).

Otro punto importante es que mis jugadores no tienen dados propios, así que he decidido evitar el lanzamiento de dados para determinar el resultado de las acciones. Así que será generoso que los jugadores decidan las acciones de sus respectivos PJs.

Dadas las características de estas partidas, me permití emplear en ellas un tono más desenfadado, así que esta va de gatos.

La partida

La partida empieza donde dejamos la partida anterior: en la sexta partida los jugadores entregaron aGriselda, una hechicera de Middenheim, unos libros que habían encontrado y que sólo ella puede leer. En ellos hay un listado de posibles tesoros escondidos en las Montañas Centrales (un mal sitio, bosques oscuros, animales salvajes, monstruos, salteadores…). Ellos consiguen los tesoros y Griselda les hace mejor precio que un perista (ella conoce el valor mágico de los objetos).

Esta partida iba de recuperar una estatuilla de Piedra Bruja de un templo en un valle perdido. Pero las circunstancias del valle han cambiado. En él había una aldea y, años atrás, uno de sus habitantes descubrió el templo y la estatuilla. Lo que ocurre es que la Piedra Bruja produce mutaciones en quien la maneja de forma descuidada… en este caso mutaron los gatos de la aldea, que se volvieron inteligentes y telépatas, e hicieron que los niños mataran a sus mayores. Ahora, los gatos dominan el valle, y tienen toda la intención de mantenerlo apartado del mundo y de hacer que los niños maten a todo extranjero que cruce el collado que da acceso.

Pero todo esto, por supuesto, los jugadores no lo saben. Todo lo que averiguan en una aldea al pie de las montañas es que, cada cierto tiempo, un grupo de niños baja de las montañas con productos que canjean por cascabeles y conservas de pescado.

¿Qué pasó?

Pues la verdad es que fue bastante bien. Reconozco que en esta partida no planifiqué un guión, me limité a plantear el escenario y dejar que los jugadores se desenvolvieran en él. Sí que me planteé darles un susto enfrentándolos a una horda de niños que les llevaran a cruzar el río (los niños no los seguirían porque a los gatos que los acompañan y dominan no les gusta el agua), pero parece que mis jugadores, cuando se entabla en batalla entran en modo berserker y no saben huir… así que hubo que cambiar de estrategia.

En todo caso, llegaron al poblado donde estaba la estatuilla y se metieron en la antigua herrería donde los gatos guardaban su leche, queso, cascabeles y, sí, la estatuilla. Para huir le pegaron fuego al pueblo (bueno, al granero), que esta vez sí era la salida adecuada y llegaron a encontrar las ruinas del templo, pero no entraron en él.

Así que partida exitosa. Tan sólo me queda el resquemor de que les había preparado un dungeon con varias entradas, una de ellas a través de una cueva escondida tras una cascada, y no la encontraron. Supongo que lo reciclaré en otra partida.

Planos y guión de la partida

Jugando por videoconferencia
El valle de los gatos, un destino poco recomendable
Cueva tras la cascada que no visitaron