Buscando a Guildenstern

Localización de Marienburg, lugar donde se desarrolla la tercera partida.

La partida

Esta partida era un poco más ambiciosa que las anteriores. Si en las otras había un PNJ que los llevaba de la mano (o esa era la intención, recordemos la que liaron en la segunda partida), en esta estaban solos en una ciudad desconocida tratando de reunir pistas para resolver un secuestro.

Al comienzo de la segunda partida Rosenkrantz de Altdorf les ha enviado a Marienburg para descubrir qué pasa con Guildenstern, cuyos grabados lleva semanas esperando. A lo largo de la partida deberían descubrir que Guildenstern es un falsificador que trabaja para Rosenkrantz pero que ha sido secuestrado por Schwarzstein (el pez gordo del hampa de la ciudad y rival de Rosenkrantz), quien retiene prisionero al grabador haciéndole trabajar para él.

Si parece el argumento de La hoz de oro de Astérix es porque es el argumento de La hoz de oro de Astérix.

La partida, tal y como la había planificado, tenía dos posibles finales: Rosenkrantz les había enviado a saber qué pasaba, sin más. Una vez descubierto el secuestro podían volver a Altdorf e informar a Rosenkrantz. El otro final, mucho más ambicioso, era que consiguieran rescatar a Guildenstern.

¿Qué pasó?

La primera jornada fue bastante bien. No siguieron exactamente el camino que había planeado (empiezo a entender que masterizar es sentarse a ver cómo la gente elige el camino más complicado) pero consiguieron atar unos cuantos hilos y, básicamente, llegaron a saber qué ocurría.

El problema surgió en la segunda jornada, cuando debían encontrar el local secreto de Schwarzstein. La jornada anterior habían contactado con un soplón que se dejó sonsacar (mi plan era que les exigiera dinero por la información, pero lo emborracharon y drogaron… me sirve), pero no se les ocurrió volver a contactar con él. Su solución fue recorrer el puerto haciendo preguntas, pero se negaron a pagar a nadie por la información ni quisieron pagar las cervezas necesarias para emborrachar al posible confidente; si no obtenían información en la primera le dejaban plantado y seguían preguntando a otro maleante. (También intentaron infiltrarse entre el personal del puerto… estuve muy tentado de que alguien les ofreciera un puesto en un barco).

Así, aunque sabían que se estaban metiendo en los asuntos de uno de los mayores hampones de la ciudad y que los estaban siguiendo, su comportamiento fue poco discreto; pronto varias personas supieron que unos forasteros estaban recorriendo el puerto preguntando por Schwarzstein.

Obviamente, esto llegó a los oídos de Schwarzstein, que envió a sus hombres para que «invitaran» a los PJs a que abandonaran la ciudad. Cuatro matones fornidos y rápidos, obviamente muy por superiores a los PJs. Pese a ello, se enfrentaron a los matones entablando un combate que no podían ganar.

A mitad de combate Kaesar, uno de los PJs, decidió salir corriendo; el resto murieron.

Kaesar cogió el carro con los objetos y pertenencias de sus compañeros muertos y huyó de Marienburg camino a Altdorf, donde explicó a Rosenkrantz lo que había pasado con Guildenstern, consiguiendo así uno de los objetivos de la partida (y los puntos de experiencia correspondientes).

Tras la partida

Tras la partida, obviamente, tocó hacer fichas de personaje nuevas.

Por mi parte, he tomado nota de que, como máster, debo saber hacer frente a la locura de los jugadores y ponerle fin… si me dejan. En este caso bien podría haber aparecido una patrulla de la guardia; los matones habrían huido y quizá habría que haber detenido a alguno de los PJs, pero mejor eso que verlos morir.

Planos y guión de la partida.

A continuación dejo el guión en PDF de la partida y algunos de los materiales y diagramas que preparé. El guión contiene todos los planos, diagramas y descripciones.

Acontecimientos de la primera jornada. Esto casi salió bien.
Vivienda y local de Guildenstern. Estuvieron aquí.

Derrocando a Felmet (WH02)

Lugar de la partida, un poblacho entre Aldorf y Marienburg.

La partida:

La partida era bien sencilla. La primera partida acabó en la ciudad de Altdorf, donde Rosenkrantz (un empresario de negocios turbios) les compró las joyas obtenidas en el dungeon y les dijo que quizá podría volver a contar con ellos. Bien, ese momento había llegado: Rosenkrantz tenía problemas con un proveedor en la ciudad de Marienburg y quería que los PJs se acercaran a ver qué pasaba.

Pero el viaje no iba a ser tranquilo.

Esta segunda partida tenía lugar a medio camino, en un poblacho de mala muerte en el que se tenían que alojar debido a la lluvia.

En mitad de la noche recibirían el aviso de un PNJ, uno de los sirvientes de la posada donde se habían alojado. Les diría que la posadera había ido a avisar al duque Felmet y que pronto los soldados vendrían a por ellos. Debían huir a un bosquecillo al sur del pueblo donde el PNJ se reuniría con ellos más tarde.

De esta forma se verían metidos en una aventura en la que deberían derrocar al duque. Sencillo, ¿verdad?

¿Qué ocurrió?

Pues no, nada es tan sencillo como parece para la gente decidida.

Ante el peligro, «mis» jugadores decidieron pegar fuego a la posada y huir en mitad de la noche dejando un incendio a sus espaldas, sin avisar siquiera al PNJ para que se salvara. Campesinos corriendo con cubos en mitad de la noche, un PNJ gritando cercado por el fuego en el desván, un incendio que se extiende a los edificios cercanos, gritos, terror…

Media hora después de empezar la partida había terminado.

Por un momento valoré que los soldados los buscaran: Amanece, el incendio está extinguido, alguien observa que faltan los carros de los PJs y ata cabos, patrullas que salen en su busca…

Pero los jugadores no tenían el nivel suficiente para enfrentarse a mercenarios. Sólo uno de ellos sabía pelear (una enana gladiadora, un mal bicho), pero nada que hacer frente a media docena de soldados entrenados.

Tras la partida

Obviamente, al no lograr ninguno de los objetivos de la partida y crear una situación en la cual, siendo riguroso, deberían morir (cuando los soldados salieran en patrullas y los localizaran), no obtuvieron ningún punto de experiencia.

Tampoco me pareció correcto que su acción quedara impune. Quemar posadas y dejar a sus espaldas pueblos ardiendo no es una vía de actuación aceptable. Por eso, tras darle algunas vueltas, decidí que deberían apuntarse un punto de locura ligado al fuego para el caso de que volvieran a enfrentarse a incendios o grandes hogueras.

Esta partida también me hizo pensar que, como máster, no debo ligar el éxito de las misiones a un único objetivo. En el futuro debería intentar que haya objetivos intermedios y dar a los jugadores puntos de experiencia por objetivos parciales completados.

Planos y guión de la partida.

A continuación dejo algunos materiales y el guión en PDF de la partida (que no jugaron). El guión incluye todos los planos, plantas de los edificios y descripciones.

Mapa del pueblo (que quemaron)
Silueta del castillo (que no vieron)
Planta del castillo (que no asaltaron)

El tesoro del templo perdido (WH1)

La primera partida se desarrolla en las Montañas Grises, entre el Imperio y Bretonia.

La partida

La primera partida no tenía mucho misterio. Se trataba de reunir al grupo de PJs y que los jugadores aprendieran las mecánicas básicas (sólo uno de los jugadores había jugado antes a rol).

Para reunir el grupo decidí que se conocerían en un carro de prisioneros. Todos tendrían algún motivo para haberse hecho encarcelar por las autoridades de Bretonia y eran transportados para cumplir trabajos forzados en una mina de las Montañas Grises, despojados de todas sus riquezas y armas (a los jugadores no les hizo mucha gracia).

La partida comenzaba cuando el carro tenía un accidente y los PJs podían escapar guiados por un PNJ, un leñador que les ayudaría a huir de los guardias adentrándose en las montañas. Durante su huída se refugiaron en una cueva donde consiguieron un mapa que no debería servirles de nada hasta más adelante. Una vez en su cabaña el leñador se separaba del grupo no sin antes decirles cómo bajar al territorio del Imperio, en concreto a la ciudad de Nuln.

En Nuln se encontrarían con otro PNJ que conocería la clave del mapa que a ellos les faltaba y que les embarcaría en busca de un tesoro en un templo perdido de las montañas.

El templo en sí era un dungeon bastante normalito con un tesoro en una sala secreta y unos pocos esqueletos.

¿Que pasó?

La verdad es que la cosa se desarrolló bastante bien, al menos para lo que «mis» jugadores son capaces de llegar a liar.

Me pusieron alguna dificultad para que el segundo PNJ contactara con ellos. El gancho era un abalorio sin valor alguno que insistieron en quedarse en vez de vender al perista de turno, en cuyo escaparate debería haberlo visto el PNJ. Esta era la excusa para que los buscara y se pusiera en contacto con ellos.

Tuve que tenerles dando vueltas por Nuln en grupos separados hasta que se me ocurrió cómo solucionarlo: decidí que el PNJ trabajaba para el perista en la trastienda de su local. Así, cuando los PJs vendieron unas joyas que habían encontrado junto al mapa, el PNJ pudo reconocerlas y supo que habían encontrado una pista hasta el templo.

Después, en el templo se las arreglaron para hacer saltar una trampa y dejar sepultado el tesoro… Pero acabaron la partida sin hacerse matar, que es más de lo que han conseguido en otras ocasiones.

Tras la partida

La partida sirvió para reunir al grupo (algo que siempre me ha parecido lo más difícil si no se impone a los personajes un pasado) y para ponerlos en contacto con Rosenkrantz de Altdorf, un perista y empresario de negocios turbios que me va a servir para asignar a los personajes las misiones de futuras aventuras.

Planos y guión de la partida

A continuación dejo el guión de la partida en PDF y algunos de los materiales que creé. El guión contiene todos los planos y descripciones.

Mapa hasta el templo.
Plano del templo, un dungeon con un tesoro que los jugadores consiguieron sepultar.